Ya las hemos matado otras veces
Cuando eran chicas las manos
fuertes los huesos, pulcros los labios.
Las asesinamos con pisadas
y el viento se llevó después los cadáveres
Las ahogamos con babas
y el agua se cubrió entonces de herrumbre.
Cuando palpitan hasta los dedos de las manos
y se interrumpen unos a otros,
no pueden presionar las teclas
de mentiras.
Ya las hemos matado otras veces
juntas las manos
ebrias las bocas
fuertes las cadenas, rotas.
No pueden presionar más.
ReplyDeleteY que ya no tenemos las manos chicas.
:)
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